BRASIL │100.000 muertos, en su mayoría pobres y miserables
FRACASA LA POLÍTICA BURGUESA DE AISLAMIENTO SOCIAL
DÍA NACIONAL DE LUTO NO SIRVE A LA LUCHA POR LOS PUESTOS DE TRABAJO, LOS SALARIOS, LOS DERECHOS Y LA SALUD PÚBLICA
Estaba claro que el «Día Nacional de Lucha en Defensa de la Vida y el Empleo» era un engaño más de la burocracia sindical. Sin embargo, fue incluso peor de lo que esperábamos. No movió una sola gota contra los despidos, el desempleo, el subempleo, la miseria y el hambre. Los discursos más radicales en la Praça da Sé, frente a Correos y en algunos lugares de trabajo se perdieron en medio del luto y las cruces. Los discursos indignados de dirigentes de la CUT, CTB, CSP-Conlutas, entre otros, contra el “genocidio” de Bolsonaro apenas ocultaron la inmovilidad, la aversión a organizar la lucha y la pasividad ante la terrible situación de desempleo, caída de la masa salarial y destrucción de las condiciones laborales elementales. Estos dirigentes utilizaron el simbolismo religioso del duelo para ocultar su capitulación ante la política burguesa de aislamiento social.
El poder económico, el gobierno federal, gobernadores y el Congreso Nacional, durante semanas, acabaron con el aislamiento social parcial, a pesar de que sabían que los contagios y las muertes provocadas por la pandemia seguían siendo elevados. Las fábricas han vuelto a funcionar, se ha reabierto el comercio, los servicios han reanudado sus actividades, sólo falta el regreso a la escuela y la reapertura de algunas instituciones estatales, para acabar de una vez por todas con el aislamiento social. Millones de trabajadores no pudieron regresar a sus puestos de trabajo porque fueron despedidos. El transporte público se normalizó, amontonando gente a diario en el contexto donde la pandemia alcanzó la marca de los 100 mil muertos. Esta es la realidad del país.
Los burócratas, sin embargo, permanecen en cuarentena sindical, y parte de ellos claman por una “cuarentena general de 30 días”, con total garantía de salario y derechos. Mientras tanto, el desempleo afecta a más de la mitad de la población activa del país. Organismos de investigación burguesas lamentan el récord de 77,8 millones de personas, que no trabajan ni buscan empleo. La mayoría oprimida del país se enfrenta a una catástrofe histórica, y los burócratas sindicales, así como los partidos PT, PCdoB, PSOL y PSTU recurren a la simbología del duelo. Y dicen que no es hora de ganar en las calles, sino de quedarse estancados en una cuarentena, que ya no existe y nunca volverá, aunque la pandemia siga cobrando más de mil vidas diarias. Hicieron un día de luto con apariciones online, discursos de indignación en algunas fábricas y pequeños actos, como en la Praça da Sé.
Los burócratas dicen que mientras Bolsonaro esté en el poder, «las personas van a continuar muriendo, sin derechos, sin salud sin educación, sin empleo y sin dignidad«. Dicen que es necesario liberar al país con el impeachment de Bolsonaro. Los más radicales piensan que con la bandera de “Fuera Bolsonaro y Mourão”, nos encaminamos hacia el derrocamiento del gobierno. Todas estas variantes se colocan bajo la bandera del impeachment. Es esta política oposicionista que ha limitado las manifestaciones a la simbología del luto.
Los burócratas de la CUT y CTB, principalmente, se guían por cálculos electorales, expresando la oposición burguesa encarnada por el PT. Aquellos que no tiene como hacer cálculos electorales, hacen seguidismo. Si los explotados dependen de la caída de Bolsonaro para dejar de morir y no perder más derechos, están condenados a una larga espera. Y si dependen de un nuevo gobierno, seguirán sujetos a la política burguesa imperante. Esta posición es, descaradamente opuesta a la política y las necesidades de la clase obrera y demás explotados.
La tarea por el momento no es esperar el cambio de gobierno. Sino organizar un movimiento que unifique a los explotados en defensa de reclamos absolutamente claros y directos. El pliego de reclamos corresponde a la defensa de los puestos de trabajo, los salarios, los derechos y la salud pública. Es así como las centrales y sindicatos, así como las fuerzas políticas que se reivindican de los explotados, podrían y pueden cumplir con su deber de clase. No lo hacen porque están bajo la política de la oposición burguesa, y usan la propaganda del impeachment para impulsarse electoralmente. Así, no les interesa enfrentarse no solo al gobierno, sino también a la burguesía, levantando a los explotados en defensa del empleo y los salarios. Recurren a la panacea del duelo y homenaje a los 100.000 muertos. Esta directriz del 7 de agosto imposibilitó la agitación y la propaganda entre ocupados y desocupados, para darles un norte de organización independiente y combate colectivo, en la situación donde prevalece el miedo combinado a la pandemia y el desempleo.
La burocracia sindical utilizó la pandemia para utilizar la bandera demagógica de salvar vidas. La vida de los explotados, a depender de esta posición, sin embargo, bien podría dejarse en manos del gobierno y la burguesía, quienes aplicarían el remedio científico del aislamiento social. Aferrándose al asta de la bandera, la burocracia se sometió a la política burguesa y al poder económico. Por eso sigue protestando contra la ruptura del aislamiento social, sin movilizar a las masas.
La impotencia de la burocracia sindical y las corrientes que se han adaptado a ella se manifestaron en la contradictoria pancarta de «Día Nacional de Luto y Lucha». Si hay duelo, no hay lucha. El duelo tiene por contenido la oposición pequeñoburguesa a la política de Bolsonaro, momentáneamente contraria a la de la mayoría de gobernadores, que optaron por un aislamiento social parcial. A medida que Doria y los propios gobernadores del PT y del PCdoB empezaron a relajar el aislamiento social, y mientras la pandemia sigue cobrando miles de víctimas, las centrales recurrieron al simbolismo del duelo, para golpear electoralmente a Bolsonaro y criticar las inconsistencias de los gobernadores, especialmente Doria. Estas direcciones no pueden reconocer que el fracaso del aislamiento social no se debe a divergencias científicas, sino a sus consecuencias económicas, que la burguesía no puede permitirse por mucho tiempo sin atacar más profundamente a los explotados, como atacó con despidos y recortes salariales. Hay un límite tanto para la pérdida de las ganancias, para la quiebra de los sectores más débiles como así para los ataques a la vida de las masas en un corto período de tiempo.
Las direcciones sindicales y políticas -incluso las que se dicen revolucionarias, socialistas-, adaptadas al capitalismo, no podían admitir que solo la clase obrera en la producción social y organizada para defenderse tendría una respuesta diferente a la de los gobernantes. En el momento en que el aislamiento comenzó a romperse y una parte creciente vino a unirse a la otra parte que se mantuvo trabajando todo el tiempo, las direcciones no estaban dispuestas a preparar el regreso. Por tanto, no convocaron a asambleas, no formaron comités de base, no levantaron campañas por los empleos y los salarios, así como no unieron a desocupados y ocupados. Por el contrario, se quedaron de pie con los brazos cruzados mirando la gigantesca masa que fluía hacia el trabajo y, desde fuera, gritando por el mantenimiento del aislamiento social.
La explosión del movimiento callejero en Estados Unidos indicó el camino a seguir, esto en un país que lidera el número de muertes a nivel mundial. En Brasil, la burocracia siguió sirviendo como freno e instrumento de la burguesía para mantener a los explotados entre el miedo a los contagios y a los despidos. Se basó en el atraso político y organizativo de la clase obrera, así como en sus temores, justificables en las condiciones de desorganización e impotencia. Es sobre esta base que la dirección recurrió al duelo y no a la lucha.
Las multinacionales del sector automotriz aprovecharon la pandemia para intensificar la ofensiva contra los trabajadores. El despido de 747 trabajadores metalúrgicos en Renault, en São José dos Pinhais / PR, llevó a la asamblea masiva y a la huelga. Si los trabajadores no se hubieran lanzado al movimiento colectivo, no habría sido posible ganar el caso en el Juzgado de Trabajo, presentado por el sindicato. Sabemos que la automotriz podrá revertir la decisión, utilizando su poder sobre el gobierno y el poder judicial. Esta victoria podría y puede consolidarse si las centrales y los sindicatos organizan un amplio movimiento nacional contra los despidos y el desempleo. Si el 7 de agosto se hubiera movilizado masivamente a los ocupados y desocupados de todo el país, bajo la bandera del empleo y los salarios, habría dado fuerza a la lucha en Renault, que no terminó. Además, habría respondido a los planes de despido en Ford / Bahia, Embraer, Petrobras, Latan, etc. Resulta que los capitalistas y el gobierno quedaron satisfechos con el Día Nacional del Luto y sus actos simbólicos. La política de conciliación de clases y sus medios no impone miedo a los esclavizadores del pueblo.
Las corrientes de izquierda, que buscaban crear la falsa imagen de que el 7 de agosto servía para defender la vida y el empleo, no hacen más que arrastrarse detrás de las políticas del PT, PCdoB y PSOL. La vanguardia con conciencia de clase debe rechazar la farsa del Día del Luto como una lucha. El POR continúa su campaña por un verdadero Día Nacional de Lucha por el empleo, los salarios, los derechos y la salud pública. Mantiene la explicación de que la clase obrera y demás explotados necesitan dar un primer paso para resistir las condiciones sanitarias que las desprotegen de la pandemia y las consecuencias económicas, que se manifiestan en los despidos masivos y el aumento del desempleo. Reafirma que solo la clase obrera en la producción social puede organizarse contra el gobierno de Bolsonaro, los capitalistas y el imperialismo. Tan pronto como vuelvan a confiar en sus propias fuerzas, los explotados se liberarán de cualquier tipo de temor.
POR UN VERDADERO DÍA NACIONAL DE LUCHA, QUE UNA A OCUPADOS Y DESOCUPADOS, Y QUE DÉ UN PASO EN EL CAMINO DE LA REORGANIZACIÓN DEL MOVIMIENTO INDEPENDIENTE!
(7 de Agosto – POR Brasil)
En portugués: http://www.pormassas.org/…/dia-nacional-de-luto-nao-serve-…/