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La navegación en el Río Paraná y el Río de la Plata: La burocracia sindical, el Congreso y el Gobierno han decidido renunciar a defender la soberanía nacional

Todos apoyan que se convoque a licitación privada internacional para que el Estado no retome en sus manos las vías navegables

 

Los Trabajadores del sindicato de Dragado y Balizamiento (Sipedyb) están llevando a cabo asambleas informativas de 10 a 18 en los lugares de trabajo, situación que afecta los operativos de dragado y señalización, “se declaran en estado de emergencia por la hidrovía”. Alertan que a dos meses de finalizar la concesión, hay preocupación gremial por los 800 empleos en riesgo.

Las asambleas se llevan a cabo en las dragas Capitán Núñez 256 C, Amerigo Vespucci, Alfonso Albuquerque, Alvar Núñez Cabeça de Vaca, Giovani Ventura, Henri Pilot, y DN 28, y los balizadores 573 B, 574 B, 562 B, Boyero, Yaktemi, mula auxiliar 294 B, las lanchas batimétricas Ceibo, Homerito, Surubí, DN 38, DN 55, DN 60, DN 67, DN 75, DN 85, Charrúa y Don Osvaldo. También en los talleres situados en la Isla Demarchi, Base naval Puerto Belgrano y Puerto Barranqueras.

El Sipedyb ya había expresado la “preocupación de los trabajadores a partir del inminente vencimiento de la concesión de las tareas de dragado, mantenimiento y señalización de la ruta de navegación entre el kilómetro 1.238 del río Paraná y el tramo exterior del Río de la Plata”.

Más de 800 trabajadores, directos e indirectos, operan las dragas, balizadores, lanchas hidrográficas y talleres, por lo que reclamó “la preservación de las fuentes laborales, el encuadramiento del personal y la plena vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo, aun cuando se produzcan cambios de empresa”, reseñó.

El también titular de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra) y de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) afirmó que el gremio de Dragado y Balizamiento respalda “la construcción del canal Magdalena”, aunque aseguró que “no es posible suponer que la sola apertura de un canal de navegación constituya la recuperación de la soberanía en el área”.

La clase obrera debe señalar con total claridad que para recuperar la soberanía en el área es necesario que el Estado tome el control directo de los ríos y los puertos que llevan un cuarto de siglo en manos privadas. Y que se vuelva a desarrollar una flota propia para fletar la producción local. La intervención de la clase obrera es fundamental porque no tiene atadura de ninguna clase con la propiedad privada multinacional. La burocracia sindical subordinada al gobierno y a los capitalistas apenas reclama que se garantice la estabilidad laboral abandonando sus denuncias y reclamos anteriores contra el dominio privado de la actividad.

El llamado Consejo Federal reunido en Rosario debatió acerca de la concesión de obras en el Río Paraná y propone un seguimiento parlamentario a la licitación. Legisladores del Frente de Todos impulsan una comisión bicameral que “controle el proceso licitatorio”. Ante las denuncias y reclamos de que el Estado retome el control de los puertos y los ríos dan la espalda y se limitan a controlar el “proceso licitatorio”. Así, dan su apoyo al llamado a licitación internacional para entregar el control del Río Paraná a una multinacional. Esa es la posición de las multinacionales exportadoras.

Mario Meoni, ministro de Transporte de la Nación, vocero de los intereses de esas multinacionales, fue quien propuso la creación de una comisión bicameral del Congreso para el seguimiento de las obras y licitaciones respectivas.

Los puertos del Paraná controlan el 90% de las exportaciones de cereales, oleaginosas y sus derivados. Todos están en manos privadas desde el gobierno de Menem. Y el tránsito fluvial es administrado por la empresa holandesa Jan de Nul también desde esa época. El país debe recuperar la soberanía sobre su comercio exterior y sus vías navegables.

La defensa de la soberanía nacional está en manos de la clase obrera, con sus métodos de lucha, la huelga, las movilizaciones, los cortes. En el Congreso, en las mesas de negociación, en los diarios, en internet, se pueden hacer buenas denuncias y polémicas pero en ese terreno es imposible defender efectivamente la soberanía frente a la poderosa presión de las multinacionales y la oligarquía.

La estatización de puertos y vías navegables es parte de la lucha por la estatización del comercio exterior y la banca. El país necesita disponer de todos los recursos para organizar y planificar la economía, para resolver los problemas más urgentes de los oprimidos, desarrollando la economía. Para terminar con el contrabando y la evasión impositiva, para centralizar todo el movimiento de divisas. El gobierno, el Congreso, la burocracia, cobardes e impotentes, o asociados a las multinacionales, no van a tomar estas medidas elementales.

 

(nota de MASAS nº388)

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