Bolivia: Documento político de la Central Obrera Departamental de Chuquisaca aprobado en su xv congreso ordinario realizado el 17,18 y 19 de marzo de 2021

LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL Y LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

Bolivia con la pequeñez de su economía, no puede escapar a las consecuencias de la crisis económica del capitalismo a nivel mundial.

Antes de la pandemia la economía capitalista mundial ya se encontraba en crisis como consecuencia de la sobreproducción del periodo precedente, los precios del petróleo, de los minerales, de las materias primas en general ya habían caído a niveles bajísimos, el crecimiento económico en la China, en Europa y EEUU se encontraba en franco retroceso y paralización, la pandemia aceleró la crisis, no fue su causa.

Todos los gobiernos del mundo se han visto obligados a tomar medidas extraordinarias para enfrentar la crisis económica y sanitaria, acelerada por la pandemia del coronavirus. Invariablemente todas estas medidas han sido diseñadas pensando en afectar lo menos posible los intereses de la clase dominante, de los grandes empresarios y terratenientes, de las grandes transnacionales imperialistas, que, por el contrario han encontrado en esta crisis una oportunidad para resolver sus problemas de sobre producción y abaratar sus costos desembarazándose del peso de cargas sociales, cerrando fuentes de trabajo, recortando salarios y prestaciones sin tener que enfrentar la resistencia organizada de los trabajadores recluidos en sus casas. Además que en plena pandemia se ha expuesto a muchos trabajadores a asistir a sus fuentes de trabajo sin las medidas de bioseguridad, arriesgando sus vidas para asegurar la ganancia de los empresarios. Estas medidas terminan descargado el peso de la crisis sobre la clase obrera, los trabajadores y sus familias. La destrucción de la familia obrera es parte de la destrucción de las fuerzas productivas que la burguesía aplica como respuesta a la crisis.

La peor parte de la crisis de salud viene siendo pagada por las grandes mayorías oprimidas del planeta. Somos testigos de que, en una sociedad en decadencia, como es el capitalismo en su fase imperialista, toda crisis de alguna magnitud, tiene como resultado acentuar los niveles de barbarie y desintegración social.

El ejemplo más palpable que tenemos de la crisis capitalista de sobreproducción en Chuquisaca es en el caso de Fancesa, el mercado a nivel nacional ha sido inundado con cemento producido por cementeras con inversión trasnacional, que bajo el amparo del gobierno realizan una competencia desleal a nuestra fábrica de cemento poniendo en constante riesgo su estabilidad y dejando en la incertidumbre a los trabajadores.

En resumen, en determinado momento del desarrollo de las fuerzas productivas impulsadas por la competencia entre los capitalistas, éstas ya no pueden ser contenidas dentro las relaciones de producción que les dieron impulso y, al no encontrar una salida revolucionaria, que las libere, son destrozadas en el conflicto con ellas. La descomunal destrucción de fuerzas productivas que se desarrolla ante nuestros ojos, es para la burguesía y el imperialismo, la única vía para sacar a flote la economía capitalista mundial.

 

EL GOBIERNO DEL MAS ES PRO BURGUÉS Y ANTIOBRERO

La experiencia de los 14 años de gobierno del MAS a la cabeza de Evo Morales ha demostrado el carácter proburgués y proimperialista de este partido. Es un partido reformista, es decir, que respeta los intereses de los grandes propietarios de los medios de producción: las fábricas, los latifundios, la banca privada, las minas, los hidrocarburos, etc. planteando pequeñas reformas sin atacar la base económica de la explotación burguesa y la opresión imperialista.

En Chuquisaca los trabajadores y el pueblo en general hemos experimentado en carne propia la política derechista del Gobierno del MAS en el problema de Incahuasi donde se desenmascaró su falsa nacionalización de los hidrocarburos y se evidenció que son las grandes empresas transnacionales las que definen no sólo donde se explora, donde se perfora sino hasta que departamento le pertenecen las reservas hidrocarburíferas.

El nuevo gobierno del MAS, está obligado a enfrentar el hecho de que la economía nacional es un barquito muy pequeño que está sufriendo las consecuencias de la tempestad económica mundial de una manera muy dura, dada la pequeñez de la clase dominante boliviana y la miseria material de su Estado. El Estado burgués boliviano es incapaz de garantizarle nada a nadie; la clase obrera, los trabajadores y la mayoría empobrecida del país son los que están sufriendo el peso del impacto de la crisis económica y sanitaria.

Para el gobierno de contenido burgués, la reactivación de la economía fatalmente tendría que pasar por incentivos para la empresa privada mediante créditos blandos, facilidades a los créditos para sectores de la población con capacidad de endeudamiento, programas de creación de empleo sobre la base de una “nueva” normativa laboral, más flexible y menos “desincentivadora” que la actual (nueva ley general del trabajo), incentivo a la inversión imperialista en la explotación de nuestros recursos naturales, es decir, remachar el sometimiento del país al imperialismo y permitir la superexplotación de la fuerza de trabajo por parte del miserable empresariado nacional y las transnacionales. Siguiendo al pie de la letra las instrucciones del FMI. Y en el mismo camino el gobierno deja languidecer a las empresas estatales, en las cuales no invierte recursos, para justificar de esta manera su posterior privatización.

No hay que dejarse atrapar por el discurso MASista político propagandístico y demagógico en materia económica. Los hechos dan cuenta de que la demagogia electoral tiene patas cortas. Ellos prometieron que iban a materializar un “nuevo” milagro económico que transforme a Bolivia en un paraíso, en una isla de estabilidad, desarrollo y expansión en medio de la crisis y la contracción económica mundial, adelantaron que eso tomará tiempo y requerirá la unidad de todos (es decir unidad entre explotadores y explotados) para salir de la crisis. Hoy es visible que ninguna de las acciones del gobierno ha logrado revertir el impacto negativo de la crisis económica que golpea a la mayoría nacional, en Chuquisaca por ejemplo no se ha resuelto el tema del agua y la condonación de la deuda de ELAPAS.

 

LA LUCHA OBRERA Y LA NECESIDAD DE UNA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA CAPAZ DE RECUPERAR LA INDEPENCIA POLÍTICA Y SINDICAL. RETOMAR LOS PRINCIPIOS DEL SINDICALISMO REVOLUCIONARIO.

La burguesía y sus gobiernos en Bolivia, en todos los países del mundo han utilizado la pandemia del coronavirus para encubrir y justificar el ataque contra las condiciones de trabajo y de vida de la clase obrera.

En todas partes del mundo el proletariado está reaccionando para defenderse de la pretensión de la burguesía y sus gobiernos que quieren descargar la crisis sobre ellos. Esa es la clase en sí y su reacción instintiva. La clase para sí es otra cosa, es la clase políticamente organizada, que tiene organizaciones propios y políticamente independientes de la burguesía y sus partidos, que sabe a dónde va a apuntar con su lucha, objetivo que no se limita a las cuestiones coyunturales, sino que apunta al establecimiento de su propio régimen político, su propio Estado, un gobierno obrero campesino y de todos los oprimidos.

La burguesía con el apoyo del gobierno del MAS, está descargando la crisis económica sobre las espaldas de los trabajadores y sus familias. Se han cerrado fuentes de trabajo implementado despidos masivos, recortando los derechos laborales, pisoteando la estabilidad laboral se ha chantajeado a los obreros para que acepten rebajas salariales a título de medida de emergencia para no cerrar la fábrica , se ha obligado a trabajar horas extras sin el pago extraordinario establecido por ley, etc. Se han impuesto mayores cuotas de producción con menos trabajadores, es decir, más carga de trabajo por obrero que recibe la misma paga o menos. Se ha intensificado la explotación de la fuerza de trabajo. Con estas medidas, la patronal, con el apoyo del gobierno, busca abaratar sus costos de producción para frenar la caída de sus ganancias.

La clase obrera, principalmente el proletariado fabril, ha enfrentado esta arremetida burguesa con los medios que ha tenido a su alcance, el primer obstáculo con el que se ha tropezado ha sido la burocracia sindical, que por todos los medios ha buscado evitar que los trabajadores recurran a la acción directa y la movilización para que se pierdan por el camino del legalismo y los trámites judiciales ante el Ministerio de Trabajo

En cierto momento, la presión de las bases, rebasó a los dirigentes, se instalaron vigilias, marchas a pesar de la pandemia y huelgas de hambre, obligando a una parte de la burocracia sindical a convocar de mala gana y sin convicción de lucha a movilizaciones entre trabajadores despedidos y obreros regulares.

La alta dirigencia sindical no unificó ni organizó una lucha unitaria nacional de todo el proletariado fabril. La COB no se puso a la cabeza de la lucha de las bases ni mucho menos convocó a los otros sectores golpeados por la crisis y los despidos a la unidad en la lucha. La burocracia sindical y la patronal actuaron coordinadamente para frenar la movilización; orquestaron una campaña de intrigas, amenazas y calumnias para aislar y dividir a los sectores movilizados.

La experiencia comprueba una vez más, que la dirigencia burocratizada sirve al interés de la patronal. Estos dirigentes burócratas hace mucho tiempo atrás han dejado de pensar y sentir como los trabajadores, por sus hábitos de vida, sus intereses de camarillas corruptas, piensan como los patrones, son la cabeza de puente de la ideología burguesa reaccionaria al interior del movimiento obrero.

Esta dirigencia sindical burocratizada antepone sus ambiciones personales y cálculos politiqueros a los intereses de las bases. Nos usan como escalera para trepar a cargos en el aparto del Estado y el parlamento burgués, desde allí se convierten en auxiliares de nuestros verdugos para engañar y someter a las bases.

Autocríticamente hay que reconocer que la debilidad de la última movilización ha estado en la ausencia de cuadros sindicales revolucionarios que puedan orientar correctamente a las bases, que puedan encaminar la lucha para derrotar a la patronal y sus políticas antiobreras.

Los trabajadores aflojaron la movilización, engañados por las promesas del gobierno saliente y esperanzados en que el nuevo gobierno resolvería sus problemas haciendo respetar sus derechos laborales.

El MAS se empeñó en alentar esa ilusión buscando el voto de los incautos en base a promesas que solo una pequeña minoría de la vanguardia fue capaz de ver que nunca serian cumplidas.

Aflojada la movilización la burocracia sindical volvió a levantar cabeza y encadenar a los trabajadores en el legalismo. Aprovechando que los trabajadores están desmovilizados, los empresarios, se burlan y NO acatan los fallos judiciales favorables a los trabajadores. El gobierno traidor, NO hace respetar dichos fallos judiciales. Y los trabajadores terminan condenados a peregrinar por años esperando que se respeten las sentencias favorables a ellos. O como en el caso de los obreros de Chocolates Para Ti donde los obreros son reincorporados pero se les somete a condiciones humillantes para obligarlos a renunciar y aún se les adeudan salarios de varios meses.

A estas alturas a más de tres meses de gobierno del MAS las promesas se las ha llevado el viento, todos los casos se ha postergado y dilatado al punto en que el desbande y la desesperación ha hecho presa de muchos sindicatos, y el temor se ha instalado entre los obreros regular, que mascullando su rabia contra los dirigentes vendidos agachan la cabeza frente a los abusos de la patronal.

La tarea urgente que tienen los trabajadores es la de recuperar sus organizaciones sindicales de manos del gobierno; rompiendo el pacto de unidad que sólo ha servido para someter a los trabajadores a la política propatronal del gobierno y de esta manera recuperar nuestra independencia política y sindical. Debemos ratificar nuestro rechazo a los oportunistas que buscan utilizar su cargo sindical para escalar políticamente al aparto del Estado, el trabajador que abandona su lugar en la trinchera de la lucha sindical para cambiarla por un curul en el parlamento es un traidor de la clase obrera.

 

EL NUEVO GOBIERNO DEL MAS.

En octubre-noviembre del 2019, producto de la presión popular el MAS se ve obligado a abandonar el gobierno, no sin antes sembrar, tanto fuera como dentro del país, la impostura de que fue derrocado por un “Golpe de Estado” con el objetivo de ocultar su evidente desgaste político consecuencia del fracaso del “proceso de cambio” que no cambio nada. Así, se entroniza en el Poder el gobierno derechista de transición con la tarea de convocar a nuevas elecciones en el plazo de 90 días. En ausencia del proletariado con su propia estrategia revolucionaria (gobierno obrero-campesino), son las capas altas de la pequeña burguesía reaccionaria las que capitalizan políticamente la rebelión popular básicamente citadina y entroniza en el poder al gobierno de la señora Añez racista, reaccionario y corrupto igual a como fue el gobierno de Evo Morales. La corrupción estatal es un mal propio de la politiquería burguesa.

En esas condiciones marcadas por la agudización de la crisis, las ilusiones en el MAS rebrotaron como reacción contra la odiada vieja derecha

Las causas que han orientado el voto en favor del MAS son tres:

 

-La primera que nace de las entrañas mismas del problema de la opresión nacional no superada en el país, donde las diferentes nacionalidades indígenas existentes siguen sufriendo las consecuencias de la opresión de un Estado elitista, donde una minoría conserva en sus manos el control de la economía y del poder político, esa minoría que se manifiesta como una casta racista y prepotente que se ha exacerbado en las movilizaciones populares de octubre – noviembre y en el bloqueo de caminos protagonizado por el movimiento indígena. La derecha cavernaria no pudo disimular el contenido racista de su odio al gobierno de Evo Morales, a pesar de que éste desarrolló una política abiertamente favorable a los intereses de los agroindustriales del Oriente, de los empresarios y el imperialismo. Cometió la torpeza de pisar y quemar la Wiphala símbolo de los oprimidos del agro y de las naciones originarias, hecho que exacerbó el instinto de la secular rebelión indígena, reavivando el voto a favor del MAS.

-Las equivocadas ilusiones en el MAS, como una expresión de “izquierda” y como depositario de las aspiraciones de los más pobres y oprimidos de este país, no ha sido superada del todo en amplios sectores de la población, principalmente raigambre indígena.

-La desastrosa gestión de Añez, caracterizada por mucha incapacidad, corrupción e ineficiencia. Los azules han sembrado la teoría de que el gobierno transitorio ha destruido en diez meses lo que el anterior gobierno construyó exitosamente en 14 años. Lo evidente para la gente es que el gobierno derechista ha hecho méritos de ser tan o más corrupto que el de Evo Morales.

Todo esto en muy poco tiempo, ya está siendo superado en la medida que éste muestra incapacidad de atender las necesidades concretas de las masas como consecuencia de la profundización y la aceleración de la crisis económica. Arce, en su campaña electoral, ha difundido la idea de que su gobierno será capaz de garantizar a la población estabilidad económica, fuentes de trabajo e ingresos que satisfagan las necesidades de la gente. A los empresarios privados les ha prometido las condiciones adecuadas para que sigan produciendo con ganancias razonables para lo que ha ofrecido un fuerte apoyo de parte del Estado; a la gran masa de cuentapropistas seguridad en sus actividades, etc

La crisis estructural que vive Bolivia está determinada, en última instancia, por el desarrollo de la crisis mundial; en esta medida, las posibilidades de mitigar sus consecuencias que tendrá el gobierno de Arce son extremadamente limitadas. Las masas insatisfechas ya comienzan a salir a las calles para exigir que el nuevo gobierno cumpla con sus promesas electorales.

El rápido desgaste del MAS ya se hace patente en los resultados de las elecciones subnacionales donde sufrió una derrota catastrófica lo que ahondará sus contradicciones internas y lo debilitará aún más. El gobierno debilitado y frente a un panorama de profundización de la crisis económica que hará más punzante la lucha de clases, no tendrá otra opción que acentuar sus rasgos represivos por lo que la clase obrera debe ponerse en guardia para responder a cualquier ataque contra sus organizaciones y dirigentes.

 

PLIEGO PETITORIO DE LA CENTRAL OBRERA DEPARTAMENTAL DE CHUQUISACA

  1. Unidad de los trabajadores enarbolando las banderas de la independencia política sindical. Recuperar nuestras organizaciones sindicales y retomar las banderas del sindicalismo revolucionario para defender nuestras conquistas y derechos laborales. Entendemos la independencia político-sindical del movimiento obrero como independencia frente a la política burguesa contraponiendo la política revolucionaria del proletariado enarbolando sus propios intereses inmediatos e históricos y a la cabeza de la lucha de todos los oprimidos contra la opresión burguesa e imperialista.
  2. Rechazamos la política represiva del gobierno que busca criminalizar la protesta y realizar una sistemática persecución política a las organizaciones sindicales independientes.
  3. Exigimos al gobierno que hipócritamente dice ser defensor del pueblo oprimido, un Decreto Supremo, que disponga la reincorporación efectiva e inmediata de los trabajadores despedidos y así mismo el respeto a la estabilidad laboral y los derechos laborales.
  4. Exigir la reactivación económica y la industrialización de nuestro país para crear fuentes de trabajo y dar empleo a los comerciantes informales y a todos los desempleados. Además debemos romper con la política burguesa de contratos eventuales que condenan a miles de trabajadores a quedar al margen de los derechos laborales reconocidos por la ley.
  5. Exigir la anulación del D.S. 21060 por su contenido neoliberal que es un atentado contra todos los trabajadores.
  6. Si la patronal no puede garantizar el funcionamiento de las fábricas sin tener que estar destruyendo las conquistas y los derechos de los trabajadores, estas deben pasar a manos de los obreros y el Estado debe garantizar su funcionamiento con inversión. Estatización de las fábricas bajo control obrero colectivo. Fábrica cerrada fábrica tomada.
  7. Luchar por un salario que cubra las necesidades del trabajador y su familia, por tanto, exigimos un salario igual a la canasta familiar con escala móvil.
  8. Nacionalización de la banca, empresas de telecomunicaciones transnacionales y clínicas privadas, que en tiempos de pandemia se enriquecen a costa de la pobreza y sufrimiento del pueblo.
  9. Rechazamos la trampa de la devolución de aportes de las AFPs porque afectará en el largo plazo el fondo que el trabajador tiene para acceder a la miserable pensión jubilatoria. Exigimos una jubilación con el 100% de lo que gana el trabajador activo.
  10. Demandamos al Estado que debe cumplir con su obligación de garantizar y sostener el derecho a la salud, que se constituye en una función suprema. 11. Ratificamos la defensa de la educación única, fiscal y gratuita financiada y administrada en todas sus modalidades por el gobierno central, rechazando todo intento de privatizar, descentralizar y municipalizar la educación.
  11. Exigir mayor presupuesto para la Universidad que garantice el derecho de los jóvenes a la educación superior fiscal y gratuita. Defensa de la autonomía universitaria y el cogobierno bajo la política de la clase obrera para acabar con las camarillas corruptas y poner la Universidad al servicio del pueblo.
  12. Expropiación de los grandes latifundios, establecimiento de granjas comunitarias maquinizadas, acabar con el minifundio improductivo. Derecho de las naciones indígenas campesinas a la autodeterminación.
  13. Exigimos una verdadera Nacionalización de los Hidrocarburos que permita la industrialización y desarrollo económico integral de toda Bolivia. Los recursos generados por una verdadera nacionalización deben ser invertidos en desarrollo integral de la economía nacional priorizando inversiones, en los departamentos postergados como el caso de Chuquisaca y principalmente en las zonas productoras como el Chaco chuquisaqueño de cuyas entrañas se extrae la riqueza natural.
  14. Exigir al gobierno medidas proteccionistas para nuestra empresa FANCESA. Para evitar la competencia entre empresas nacionales se debe crear la Corporación Nacional del Cemento, con sede en Sucre, que garantice el mercado para la producción nacional con obras de infraestructura estatales. Acabar con la competencia desleal de las empresas transnacionales; exigiendo su nacionalización.
  15. Repudiamos la pugna entre grupos digitados por el MAS y de la vieja derecha que buscan el control de CODEINCA para sus fines mezquinos y partidarios. La COD hace un llamado a todas las organizaciones vivas del departamento a exigir y garantizar la realización de un congreso de unidad del Comité Cívico en el marco de la independencia política y sindical.
  16. El Estado y los gobiernos departamental y municipal, deben invertir recursos para la dotación de agua potable a la población de todo el Departamento. Exigimos así mismo la reinversión de la deuda de ELAPAS por parte del gobierno. 18. Exigimos a todos las instancias del Estado mayor presupuesto para las empresas de servicios (EMAS, EMAVS) que garantice su estabilidad y las conquistas de los trabajadores. 19. Democratizar y despolitizar la administración de CESSA para garantizar que los accionistas del pueblo chuquisaqueño sean los que definan el futuro de la compañía, asegurando que los recursos generados por la misma sean destinados al desarrollo de nuestro departamento. 20. Exigimos al Estado la protección de la producción nacional frente al contrabando y la competencia transnacional para evitar más cierres de fábricas y fuentes de trabajo.

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