EE.UU. y la OTAN son responsables de la guerra en Ucrania

La guerra actual fue provocada por EE.UU. y su brazo armado, la OTAN, utilizando como carne de cañón al pueblo de Ucrania. Rusia advirtió tempranamente que no permitiría que avanzaran sobre sus fronteras y que pudieran instalar misiles a cinco minutos de distancia de Moscú.

La OTAN fue completando el cerco militar sobre Rusia, que complementa con sanciones económicas para debilitar su economía. EE.UU. extendió y fortaleció sus propias bases militares en Europa.

Se expandió incumpliendo las promesas que le hicieron a Mijail Gorbachov cuando la URSS estaba derrumbándose y accedió a permitir que una Alemania “unificada” (absorbida ) formara parte de la OTAN. La expansión hacia la República Democrática de Alemania se produjo de inmediato.

El derrumbe de la URSS fue aprovechado para avanzar sobre Europa del Este, sobre las denominadas repúblicas populares y sobre algunas repúblicas de la exURSS.

El Subsecretario de Defensa de George W. Bush padre, Paul Wolfowitz, produjo una “Guía para la Planificación de la Defensa” que trascendió  el 7 de Marzo de 1992 planteando que “Nuestro primer objetivo es evitar la reaparición de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en cualquier otro lugar, que suponga una amenaza …  lo cual requiere que nos esforcemos por evitar que cualquier potencia hostil domine una región cuyos recursos, bajo un control consolidado, serían suficientes para generar un poder global”. “Hay que convencer a potenciales competidores que no deben aspirar a un rol mayor o a una postura más agresiva para defender sus legítimos intereses (…) (Hay) que impedir que las naciones industrializadas más avanzadas desafíen nuestro liderazgo o subviertan el orden económico y político ya establecido”. La publicación fue un escándalo por su unilateralismo extremo. Causó resquemores en sus aliados al plantear también, sin mayores tapujos, la importancia de “intervenciones militares preventivas” para neutralizar las posibles amenazas de otras naciones y evitar que regímenes autocráticos se convirtieran en superpotencias. El destinatario del documento era claramente la Rusia pos-soviética y también una fuerte advertencia para la Unión Europea y China.

¿Cuál es el objetivo de EE.UU.? En primer lugar derrotar a Rusia, por su significado histórico, es un objetivo estratégico perseguido durante un siglo. Busca debilitar y desarmar, si puede, a sus fuerzas armadas. Busca fragmentar el vasto territorio Ruso para apoderarse de sus enormes riquezas, de sus empresas y limitar la influencia que tiene en toda la región. Pretende generar así las mejores condiciones para cercar a China. Su objetivo declarado es impedir que los pueblos del este de Europa retomen el camino de la revolución una vez que experimentan que el capitalismo sólo puede ofrecerles degradación y barbarie.  Pero también busca por esta vía reforzar su papel hegemónico, sometiendo y dividiendo a Europa, provocándole un golpe a su economía. No hay espacio en el mercado mundial para un bloque como la UE.

En la base de la guerra militar se encuentra la profunda crisis capitalista que no se puede cerrar, que se profundiza y expande, especialmente desde 2008. La crisis de sobreproducción no se puede resolver y potencia todas las formas de guerra comercial cuya tendencia es a transformarse en bélica. Así lo advertimos desde hace mucho tiempo.

La industria de armamentos, a su vez, también alimenta las tendencias militaristas. EE.UU. ejerce fuerte presión para que los países eleven sus presupuestos militares y compren más armas. Los políticos en la Administración y el Congreso financian sus carreras con las fuertes contribuciones de las grandes empresas del sector.

Esta fuerte tendencia prevaleció contra todas las recomendaciones sobre el peligro de ampliar la OTAN y no sólo de las potencias europeas:

– George Kennan (ex embajador de EE.UU. en la URSS y uno de los diplomáticos más influyentes en los gobiernos) advirtió desde el primer momento que la ampliación de la OTAN era un “error trágico”, … “la expansión de la OTAN sería el más trágico error de la política de Estados Unidos en toda la era de la post-guerra fría … porque impulsaría la política exterior de Rusia en una dirección que decididamente no sería la que deseamos”.

– El director de la CIA de Biden, William J. Burns, ha estado advirtiendo sobre el efecto provocador de la expansión de la OTAN en Rusia desde 1995. Cuando Bill Clinton tomó medidas para incluir a Polonia, Hungría y la República Checa en la OTAN, Burns escribió que la decisión fue “prematura en el mejor de los casos e innecesariamente provocadora en el peor”.

– En 2018 declaró Kissinger: “Para Rusia, históricamente, Ucrania ha sido parte de su territorio, al menos durante 400 años. Por otro lado, está ligada en muchos aspectos con Europa… he pensado que es imprudente tratar de incluir a Ucrania en la OTAN”.

– “En junio de 1997, 50 destacados expertos en política exterior firmaron una carta abierta a Clinton: ‘Creemos que el actual esfuerzo liderado por Estados Unidos para expandir la OTAN… es un error político de proporciones históricas’ que ‘perturbará la estabilidad europea’”. Fue una iniciativa de la nieta de Eisenhower.

Luego de la desintegración de la URSS, Ucrania fue “anexada” por el imperialismo hace 30 años imponiéndole un status de semicolonia. Por la intervención del FMI y sus condicionamientos y la perspectiva de incorporarse a la UE. Por otro lado, la OTAN fue preparando las condiciones para su integración formal, equipando a sus fuerzas armadas, entrenándolas, seleccionando sus mandos, orientándolos para terminar con toda forma de resistencia a los planes imperialistas. El avance de la OTAN tuvo por objetivo cerrar el cerco sobre Rusia e impedir que el levantamiento de los oprimidos vuelva a poner a Ucrania en el camino de la revolución. Se trataba de uno de los sectores más concentrados, organizados y combativos de la clase obrera de Europa. El gobierno de Ucrania es un títere de EE.UU. que es quien mantiene el comando de la guerra, Zelensky no tiene ninguna autonomía para negociar el fin de la guerra, o cualquier acuerdo, con Rusia. EE.UU. va a prolongar la guerra todo lo que pueda, para originar el mayor daño a Rusia y a Europa.

El proceso de asimilación de Ucrania a la OTAN fue conducido directamente por EE.UU. desde el principio, contra la voluntad de las potencias europeas. Ni Francia, ni Alemania, ni Ucrania, pueden negociar con Rusia el fin de la guerra. La actitud definitivamente criminal de EE.UU., que impone las condiciones, bloquea toda posibilidad de detener la guerra.

(nota del Boletín del CERCI nº37)

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