¿Quién autorizó a la empresa británica Leolabs a instalar una estación terrena en Tierra del Fuego?

El gobernador fueguino alertó sobre una nota publicada en el que se hacía referencia “a la delicada situación que atraviesan su provincia y el vasto espacio marítimo argentino, a causa de la instalación de una estación terrena de la empresa de capitales británicos Leolabs”.

Leolabs es la principal empresa mundial proveedora de: a) Monitoreo y consciencia situacional de utilidad militar; b) Monitoreo de la posición orbital de los satélites; c) Identificación y alerta por riesgos de colisión en el espacio; d) Asistencia para ubicación, seguimiento y recuperación de contacto con cargas útiles recién lanzadas a la órbita baja terrestre; e) Evaluación de los riesgos de colisión satelital; f) Monitoreo de lanzamiento de vectores.

Las seis grandes estaciones de radar de Leolabs en el mundo están situadas en los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Portugal y Costa Rica. Los tres primeros países son parte de un acuerdo llamado “Five Eyes” (cinco ojos) y tienen por objetivo compartir datos de inteligencia. En su directorio hay ex miembros del Departamento de Defensa de los EE.UU y de la Real Fuerza Aérea Australiana.

Los radares civiles y militares tienen que estar bajo control nacional. Puede haber cooperación con otros países, pero no con potencias opresoras como Inglaterra o EEUU. ¿Cómo llegó a instalarse Leolabs? ¿Quiénes la autorizaron, desde cuándo? Su puesta en marcha es una clara muestra del sometimiento colonial de los gobiernos. Se vieron obligados a detenerla porque se hizo público su existencia.

La extensión territorial argentina requiere inversión y tecnología, que ya se ha desarrollado en el país. Es necesario recuperar nuestra jurisdicción marina de más de 5.000 kilómetros de costas y que abarca decenas de islas, larguísimas playas e islotes y la Antártida Argentina. Territorio atractivo para la explotación por las potencias.

En este sentido, el país debe utilizar toda su capacidad tecnológica para conquistar plena soberanía en la producción de radares, rechazando toda injerencia del imperialismo que pretenda limitarla.  Es la base para el control soberano del espacio y el territorio marítimo y así poder combatir el contrabando, el narcotráfico y el saqueo de las enormes riquezas de nuestros ríos y mares. La concreción de estas cuestiones entra en contradicción con el programa de la burgesía y sus partdos.Esta tarea no puede quedar en manos de la burguesía y sus gobiernos que están entregados al imperialismo. Sólo la clase obrera en el poder podrá defender la soberanía nacional.

 

(nota de MASAS nº439)

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