No hay “voto útil”

Nos interesa especialmente el debate planteado con muchos compañeros trabajadores, inclusive con militantes de izquierda, que sostienen que hay que votar a Massa para evitar que gane Milei. Argumentan que todo será infinitamente peor para los trabajadores si ganara Milei que promete arrasar con todos los derechos. Reconocen que no les gusta ni un poco Massa pero que hay que evitar lo peor de lo peor.

La candidata del FIT-U Myriam Bregman ha dicho que Massa y Milei “no son lo mismo” tal como le reclamaba Massa que se pronunciara. Castañeira del NMAS ha declarado que “no votarán por el fascista Milei”, en el mismo sentido. Estas expresiones sin delimitación alguna, sin decir a continuación que no hay que votarlos, ha sido utilizada inmediatamente en todos los medios oficialistas para mostrar el apoyo de la izquierda a su candidatura. Consideramos que es un grave error que debe ser enmendado de inmediato porque agrega confusión política y contribuye a desarmar políticamente a la militancia.

Coincidimos con todas las críticas a Milei, no vamos a agregar nada. Ahí no tenemos ninguna diferencia. Ya nos hemos posicionado sobre sus políticas como antes sobre Macri o sobre Menem. Es claro que representa a la ultraderecha cavernícola, al capital financiero internacional.

Para tomar una decisión política debemos caracterizar correctamente al Gobierno, a su Frente, a su candidato, desde una perspectiva de clase, obrera. De esa forma no nos dejamos arrastrar por la presión de los medios de comunicación, no nos dejamos arrastrar por otras clases sociales que son irreconciliablemente antagónicas, contrarias, a nuestros intereses.

En 2019 alertamos qué política haría Alberto Fernández, contrariando las ilusiones que había despertado en la mayoría. Alertamos sobre su disciplinamiento al Fondo, sobre sus acuerdos con las mineras que explotaron al día siguiente de su asunción. Ese es el papel de los revolucionarios, ayudar a hacer consciente los fenómenos políticos en términos de clase, en primer lugar para la vanguardia que lucha aunque por un tiempo quedemos aislados. Chocamos con las ilusiones, con muchos compañeros que decían que había que votarlo para derrotar a Macri. Nos decían que otra vez había que “tragarse sapos y culebras” si era necesario para impedir la reelección de Macri.

No vamos a abundar sobre la historia de Massa como hombre que viene de la UCD un partido de la derecha liberal, que se incorporó al gobierno de Menem, que fue funcionario de Kirchner y en su ruptura se dirigió a la Embajada de EE.UU. con todas sus críticas, que en 2015 dividió los votos del kirchnerismo con el UNA facilitando el triunfo de Macri, con quien colaboró en el Congreso con las leyes que necesitaba, que lo llevó a Davos. Y fue parte de la Alianza que llevó al gobierno a Alberto Fernández. Que empresarios muy conocidos han financiado su actividad política.

No cabe duda que estamos ante un cuadro de la burguesía, que forma parte de este Gobierno que agravó el sometimiento del país al capital financiero adoptando el programa del FMI que potenció la inflación, la pobreza y la precarización. Un gobierno que no quiso recuperar el río Paraná y los puertos, que no quiso evitar que continuara la fuga de divisas, que no quiso investigar el origen y uso fraudulento del endeudamiento. Que perdonó la multas a las centrales eléctricas, que no recuperó los dineros del fraude de Vicentin a la que no se animó a estatizar, que no adoptó ninguna medida para terminar con las reformas neoliberales de Menem… Un gobierno cómplice de las políticas anteriores a las que sumó sus propios actos de cobardía, corrupción y sometimiento. Al día siguiente de las PASO aplicó la devaluación que ordenó el FMI sabiendo las consecuencias que tendría para la mayoría. Ante la lucha del pueblo jujeño se puso del lado del gobierno fascista de Morales, al que calificó varias veces como su amigo, no olvidamos que su agrupación es parte del gobierno jujeño.

NO tenemos ninguna duda que el contenido de clase del gobierno, del Frente y del candidato, es burgués, proimperialista. No nos gusta hablar de derechas e izquierdas porque no ayuda a mostrar el contenido de clase. Pero si nos preguntaran en esos términos, diríamos que es un gobierno de derecha, su programa, su política, es de derecha, de beneficiar al sector más concentrado de la economía que no deja de incrementar sus ganancias. Es un gobierno que se apoya en lo más siniestro de la burocracia sindical contra los trabajadores.  Su política garantiza el mayor sometimiento y entrega del país. Promete pagar la deuda externa aumentando las exportaciones. Esa es toda una definión programática de su futuro gobierno.

No nos engaña que a última hora haya eliminado el impuesto a las ganancias a los trabajadores, que haya implementado la devolución del IVA, bonos para jubilados y monotributistas, préstamos baratos, y una campaña defendiendo los subsidios a las tarifas. Eran medidas necesarias para tener alguna chace electoral. Pero no solamente. Les era necesario descomprimir la situación crítica que se vive, una olla a presión que puede estallar. No se soporta más la pérdida constante del poder adquisitivo, el incremento de la pobreza.

No descartamos que pueda ser obligado a tomar algunas medidas para salir de la profunda crisis, fundamentalmente para preservar el régimen de dominación.

Claro que no son lo mismo con Milei, pero cuántas de estas políticas comparten aunque su discurso suene diferente. Las diferencias con Milei no pueden hacernos perder de vista cuál es la caracterización de Massa, qué es lo esencial de su política. Tenemos que decir la verdad, toda la verdad, aunque no la quieran escuchar. Es nuestra obligación. No votaremos por Massa ni por ningún candidato que defienda el orden burgués.

Ninguna conciliación con la burguesía, con sus partidos, con sus candidatos, sus instituciones, con la burocracia sindical. Son nuestros enemigos, son auxiliares del imperialismo. No hay unidad nacional con ellos. Luchemos por la independencia política de la clase obrera, construyendo el partido revolucionario, con la estrategia de la revolución y dictadura proletaria.

Tenemos claro que nuestros enemigos son los patrones, son los burócratas repodridos, no podemos votarlos para que nos gobiernen.

Decía Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.

Es el partido el que concentra la historia, la memoria de la clase, el balance de sus luchas, de sus derrotas, de sus conquistas. Es el partido el tiene la memoria histórica de las clases, de sus partidos y sus dirigentes, para que no oculten su pasado, sus responsabilidades. Y muy especialmente de sus cuadros dirigentes que quieren presentarse como nuevos, sin historia.

(Nota de MASAS Nº444)

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