Elecciones: Se ratifica la pérdida de ilusiones en el gobierno, que se derechiza y se somete más a las exigencias del FMI
– Las elecciones generales ratificaron la creciente pérdida de ilusiones en el gobierno, en el peronismo y en las elecciones en general. Este es el fenómeno más importante. Está expresando de esta forma el estado de ánimo de las masas ante la ausencia de candidatos y listas con posiciones que expresaran la política revolucionaria de la clase obrera.
– Más de 3 millones de personas reafirmaron su NO voto. Si bien hubo una mayor concurrencia a votar que en las PASO (71,6%), ha sido la participación más baja en una elección general desde el 83’. En las PASO hubo casi 5 millones menos de votantes que en 2019 y pese a la campaña sólo lograron que 1,7 millón volvieran a votar en esta elección.
El gobierno hizo cambios en el gabinete, entregó algunos beneficios económicos miserables, reiteró promesas de reactivación de la economía, asustó con el peligro del retorno del macrismo, pero no alcanzó para revertir el resultado.
Esos 3 millones de votantes del 2019 que volvieron a dar la espalda al gobierno y a las elecciones más los 715.000 votos en blanco (2,9%) y los 434.000 votos nulos (1,8%), (se redujeron en 300.000 votos), están expresando desilusión y bronca que debe transformarse en organización y lucha. Porque las terribles condiciones que se viven no cambian con el voto.
– El gobierno fue derrotado por la coalición de Cambiemos por un 9% a nivel nacional, que le ganó en las provincias más grandes. Recuperó 900.000 votantes de los 1,9 millón que había perdido en las PASO respecto a 2019. Destacamos que más que un triunfo de Cambiemos, que casi mantiene su nivel de votos de las últimas elecciones, es una derrota del gobierno, el oficialismo perdió porque una parte importe de los que lo votaron en 2019 ahora no lo votaron.
– Las elecciones son de gran importancia para la burguesía, para defender su régimen, por eso le preocupa que caiga la participación de la población. Esa caída en la participación es un castigo al gobierno, no fue hacia las opciones de derecha, su bronca se expresó no votando. Dicho esto remarcamos que el 94% de los votos fueron hacia partidos que defienden el capitalismo, el régimen de explotación del trabajo, la propiedad privada de los grandes medios de producción.
– La prensa burguesa destaca que las elecciones fueron “pacíficas”, “un ejemplo”, que hay pocas denuncias y críticas al proceso electoral. Estas elecciones mostraron poco entusiasmo, con actos muy limitados, con poca participación en las calles, dejando toda campaña en manos de los publicistas y la intervención en los medios. Las campañas están cada vez más alejadas de la participación activa de las bases, como era en el pasado. La campaña, que arrancó hace 4 meses, estuvo teñida de una profunda despolitización, falta de ideas, de propuestas, de programas.
La ultraderecha (Milei y Espert) creció en buena medida a expensas de Cambiemos o Juntos por el Cambio.
– El gobierno no pudo lograr los diputados necesarios para tener autonomía en la Cámara de Diputados y perdió el quorum propio que tenía en el Senado desde hace 38 años. El gobierno nacional perdió en 15 provincias.
– La izquierda democratizante hizo una buena elección, es tercera en votos a nivel nacional de tres fuerzas nacionales que competían (el resto son partidos que no tienen presencia nacional). Conquistó 4 diputados y una excelente elección en Jujuy. Dicen que fortalecerá la lucha de los trabajadores, la juventud, las mujeres.
La experiencia en la lucha cotidiana es que sus fuerzas aparecen divididas y hasta enfrentadas. Aparecieron sus candidatos en los medios de comunicación, son conocidos, pero su discurso no sale del terreno democratizante. Jamás plantean la estrategia de la clase obrera: la revolución social, la dictadura del proletariado, el comunismo, expropiar al gran capital, desnudar a las instituciones de la burguesía como expresiones de la dictadura del capital, etc.
– Destacamos el anuncio de Alberto Fernández de que enviará en diciembre un proyecto de ley recomendado por el FMI: un “programa económico plurianual para el desarrollo sustentable” que contemplará “los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI”. Decirlo apenas terminan las elecciones, cuando las urnas todavía estaban calentitas, hace sospechar que viene con más ajustes contra las condiciones de vida y de trabajo.
Remarcó que “cualquier plan tiene que mantener los ejes básicos de crecimiento, redistribución de ingresos y suba del consumo popular”, qué llamativo que ya no hable de terminar con el hambre y la pobreza antes de pagar la deuda. Modifica el discurso para ponerse a tono con las exigencias del FMI. Alertamos especialmente sobre este anuncio.
– El Congreso es un antro que votará el presupuesto, el acuerdo con el FMI y todas las medidas contra la nación y los trabajadores. Cambiaran algunas caras en el Congreso como resultado de estas elecciones pero su papel seguirá siendo el mismo.
La CGT convoca a movilización para apoyar a Fernández, como hizo hace algunas semanas. No para reclamar por los salarios y la jubilaciones, por trabajo para todos, para terminar con el trabajo precarizado, no para rechazar los planes del FMI y su injerencia en el país aunque nadie los haya votado.
El camino es la acción directa de masas para resolver todos nuestros reclamos, recuperar los sindicatos, las centrales sindicales, las organizaciones sociales para la lucha independiente del gobierno y las patronales, confiar exclusivamente en nuestras propias fuerzas y métodos de lucha. El camino es la unidad de los oprimidos en un frente único antiimperialista que centralice todos los reclamos sociales, nacionales, democráticos, tras la perspectiva de su propio poder político.
El POR intervino en estas elecciones con esa política, la política de la clase obrera, hizo campaña por la estrategia comunista, por la revolución social, por terminar con la gran propiedad de los medios de comunicación, siguiendo las mejores experiencias del marxleninismo trotskismo.
16-11-2021
