El régimen político al desnudo, totalmente podrido y corrompido

Quedaron al descubierto las relaciones entre jueces, fiscales, Ministro de Seguridad, servicio de inteligencia, poderosas empresas, en un encuentro realizado en Lago Escondido, territorio usurpado por el poderoso empresario inglés Joe Lewis.

La fiscal que investiga el caso menciona a los 10 involucrados: *Julián Daniel Ercolini, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional nro. 10; *Juan Bautista Mahiques, fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires; * Marcelo Silvio D’Alessandro, ministro de Seguridad y Justicia porteño, *Carlos Alberto Mahiques, juez de la Cámara Federal de Casación Penal; *Pablo Yadarola, titular del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro. 2; * Pablo Gabriel Cayssials, titular del Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal nro. 9; *Leonardo Bergroth revisto en los servicios de inteligencia haciendo de puente con los jueces; *Tomás Reinke, presidente de Mediabit S.A.; *Pablo César Casey, directivo del Grupo Clarín S.A. y *Jorge Carlos Rendo, presidente del Grupo Clarín S.A.

Se juntan quienes toman decisiones judiciales con los empresarios que estaban en el banquillo de los acusados por delitos graves. Invitados a un lugar de lujo, reservado para las elites, para celebrar sus fallos, que les garantizan impunidad.

¿Sólo para celebrar? O se reúnen regularmente para decidir a quién garantizar impunidad y a quién castigar, qué causas hay que meter en el cajón y cuáles hay que agilizar. Ahí se reúne el verdadero poder. La dirección del Estado burgués.

Ahí se decide qué leyes hay que acatar y cuáles hay que boicotear. Recordemos la extrema presión sobre el Senado para que no saliera una Ley que levante el secreto impositivo, bancario y bursátil para investigar la fuga de divisas. ¡Y cuántas Leyes que son anunciadas y quedan en el cajón! Por encima del Congreso y del Gobierno actúa este poder disciplinador que es el Estado, la dictadura del capital. Las instituciones son una fachada, una máscara para encubrir esa realidad.

Deberíamos exigir las listas de todos los vuelos, de todas las reuniones, de todos los que se alojan en Lago Escondido. Está claro que a ellos no los vota nadie, pero son los que mandan.

En una nota mostramos la relación del Juez Mahiques con la causa de usurpación de Lago Escondido y Ercolini con Clarín y Papel Prensa, una empresa que se apropiaron bajo la dictadura, como denunció Lidia Papaleo. Ercolini también está involucrado en la persecución a Cristina Kirchner.

Los gobiernos se han mostrado impotentes frente a ese poder, desde hace décadas, al que se someten. Los servicios de inteligencia tienen una relación estrecha con la Justicia, con la Embajada, con las grandes corporaciones, con los servicios de inteligencia de otros países.

Las conversaciones entre ellos, que se difundieron, muestran su grado de impunidad. Jueces del más alto nivel discutiendo cómo truchar facturas, cómo truchar pagos, cómo conectarse con periodistas para que difundan sus versiones, cómo intervenir sobre la fiscal que tomó la denuncia sobre el viaje, cómo colocarse como víctimas armando una causa. Pueden referirse sin problemas a “matar un mapuche” o “hacerlo cagar al jefe de la PSA” como una práctica natural entre ellos. El grado de confianza en sus diálogos muestran una relación fluida, de mucho tiempo de trabajo juntos, donde reconocen las “especialidades de cada uno”.

Muestra también la miseria del gobierno con un jefe de gabinete de asesores que se sumó a ese grupo para garantizarles que no se difundirían las acusaciones en los medios.

Además es posible que haya una disputa entre los equipos que quieren tomar el control de la Justicia, Inteligencia y Seguridad en el próximo gobierno, teniendo la certeza de que seguramente no será Fernández el presidente. Por eso hay varios viajes conjuntos de jueces y servicios que se están denunciando.

Esta podredumbre, que se ha acentuado, demuestra que no es posible “democratizar” el régimen de la dictadura del capital. Una minoría muy concentrada, dueña de los grandes medios, vinculada por mil puentes con el capital financiero, maneja los hilos de la Justicia y los servicios. Financia las campañas electorales y la vida de muchos de los políticos que acceden a algún nivel de decisión. Un mecanismo aceitado durante décadas.

Expresa en nuestro país la tendencia al autoritarismo, al empoderamiento de las derechas, al discurso fascista, multiplicado por los medios de comunicación concentrados y financiados por capitalistas poderosos. Expresa la política del capital financiero de saquear los recursos, de ajustar los presupuestos, de pagar las deudas, empujando a la miseria y el hambre a decenas de millones de trabajadores. Situación que empuja a las masas a resistir como pueden.

Los revolucionarios debemos dar expresión consciente a esta crisis, ayudar a comprender que sólo apelando a los propios métodos de lucha y organización y bajo la estrategia de la clase obrera se puede terminar con esta podredumbre en acelerada descomposición. El hundimiento del capitalismo deja a flote toda la inmundicia de su sistema. La lucha contra la derecha es ahora. Derrotando los planes de ajuste del FMI y las multinacionales, exigiendo salario, trabajo, vivienda, educación y salud.

¿Por qué la clase obrera? Porque es la única que no tiene ataduras con la gran propiedad, no tiene nada que perder en esta sociedad que no sean sus propias cadenas.  Las clases medias pueden jugar un papel explosivo, radicalizado,  porque también son empujadas a la papuperización, pero no son capaces de formular una política independiente frente al gran capital.

La reciente experiencia de la lucha del neumático pudo mostrar cómo unos pocos miles de obreros pusieron el centro de atención en su lucha. De ellos dependía la industria automotriz. Hubo un bloque de las multinacionales, el gobierno, los partidos patronales, los medios de comunicación, la Justicia, la burocracia, para derrotar la gran lucha. Tuvieron que ceder, dar marcha atrás ante la combatividad de la clase, apoyados por sectores de la juventud y desocupados. Ese es el camino. Ahí expresa su poder y cómo puede arrastrar a otros sectores oprimidos.

Existe un peligro nuevamente con las elecciones. Con la gobernabilidad, con la idea de que hay que hacer un gran frente para derrotar a la derecha. Nuevamente que la clase obrera y los oprimidos queden atados al carro electoral para votar otro Fernández, con otras promesas que no podrá cumplir. No hay salida para las masas bajo ningún gobierno capitalista, sea peronista o antiperonista, kirchnerista o antikirchnerista. No hay salida bajo el capitalismo. Es necesario luchar por la independencia política y sindical del movimiento obrero, construir el partido revolucionario, resolviendo la crisis de dirección. Este es el duro trabajo que nos espera en 2023 mientras no dejarán de agravarse las condiciones de vida y laborales de la gran mayoría.

(nota de MASAS nº427)

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