Importancia estratégica del litio

Es necesario aprovechar los recursos extraordinarios y no renovables que tiene el país para el desarrollo tecnológico e industrial, NO para juntar divisas para pagar la deuda externa como pretende el Gobierno.

No se debe exportar ningún mineral en bruto. Que no  salgan como exportaciones primarias a China, EE.UU., Europa y Japón, para promover sus industrias.

El precio internacional del carbonato de litio pasó de 7.000 a más de 80.000 dólares la tonelada en dos años. Y seguirá escalando en los próximos años. El momento actual es de la “fiebre del litio”. Un mineral clave para la nueva industria, la nueva energía y la nueva vida cotidiana. Para 2040, la producción de litio deberá multiplicarse 40 veces para satisfacer la demanda. (Cufré, P12)

Informan que la cantidad y la calidad del recurso son de excelencia internacional. Y se calificó a esta región, junto con el norte de Bolivia y Chile, como “la Arabia Saudita del litio”. En ese triángulo se concentra el 60% de las reservas mundiales.

Las potencias del mundo dan pasos decididos para garantizarse la disponibilidad del mineral que se utiliza para hacer funcionar desde una cortadora de césped, una afeitadora, una bicicleta, una moto, un auto, un colectivo, un camión, una computadora, un celular, un destornillador, todo lo que lleve batería.

El litio participará activamente en la transición energética que pretende dejar atrás el petróleo, gradualmente. El litio tiene capacidad de almacenar energía desde pequeñas a grandes escalas. Desde energía generada con paneles solares en una localidad rural hasta gigafactorías que provean gigavatios a la industria automotriz.

Las medidas proteccionistas adoptadas recientemente por las potencias industriales apuntan a realizar ellas la industrialización, apoderándose previamente de los recursos.

Argentina puede convertirse en un actor de importancia en la producción del mineral. Australia es actualmente el mayor exportador del mundo, con China como principal mercado. Sus recursos serían de calidad inferior a los que se pueden obtener en el país. Por eso los yacimientos nacionales serían sumamente atractivos para las empresas mineras transnacionales.

LA EXTRACCIÓN DEL LITIO PARA SU EXPORTACIÓN

Hay dos proyectos en producción y ocho en etapa de construcción. Salar de Olaroz, en Jujuy, de la empresa australiana Allkem, y Fénix, en Catamarca, de la estadounidense Livent, que generaron una producción de 33 mil toneladas de carbonato de litio en 2022. Así, el país es el cuarto productor mundial, detrás de Australia, Chile y China.

Estiman que el país podría alcanzar las 250 mil toneladas en 5 años, por el ingreso en operaciones de las ampliaciones de los proyectos en producción más otros en proceso. El tiempo de maduración de los proyectos en litio es entre cinco y siete años desde el inicio de la inversión. Hay 40 proyectos en distintas etapas de ejecución.

Jujuy, Catamarca y Salta concentran las inversiones. Las tres crearon la Región Minera del Litio a través de un Tratado Interprovincial para desarrollar conjuntamente los aspectos económico y social derivados de la investigación, extracción, producción, industrialización y comercialización del recurso y sus derivados. El objetivo es que las tres provincias brinden las mismas oportunidades para los que quieran invertir (las transnacionales).

En la etapa extractiva, la definición de las condiciones para la explotación, las concesiones, las cuestiones ambientales -en especial las vinculadas con la utilización de agua a gran escala en zonas áridas-, la vinculación con los pueblos originarios, los contratos y el marco general son potestad de las provincias.

En ese contexto, La Rioja, donde aún no hay proyectos comerciales activos, sacudió el tablero con la declaración de recurso estratégico y la suspensión de las concesiones otorgadas, causó preocupación en las demás provincias productoras, en las grandes empresas y en el gobierno, como detallamos en Masas 429.

INDUSTRIALIZACIÓN

Es la oportunidad histórica de utilizar el litio como palanca para el desarrollo, mediante la producción de baterías.

Si el país continúa su entrega al imperialismo y avanza rápidamente con las concesiones a empresas internacionales para extraer el mineral, para aprovechar la explosión de la demanda y deja de lado la imprescindible tarea de la industrialización y el avance tecnológico, el litio se convertirá en un nuevo avance en la reprimarización de la economía.

El interés de las multinacionales es llevarse el litio y procesarlo donde tienen sus plantas de producción. O algún mínimo proceso de incorporación de valor para justificar que no exporta el mineral en bruto. Las mineras privadas locales son socias de esa estrategia, no son parte de ningún proyecto industrial de importancia, que la burguesía abandonó hace varias décadas. Por esa razón toda la cadena de explotación del litio tiene que estar en manos del Estado, para definir en qué sectores será utilizado y en qué cantidades.

La creación de la Mesa del Litio por Jujuy, Catamarca y Salta, que sumó al gobierno nacional con distintos ministerios y empresas públicas, como Y-Tec e YPF Litio, dice que es para avanzar en conjunto en un plan integral de desarrollo de la cadena del litio, para definir los caminos de la generación de valor y la industrialización del recurso. En la medida que la explotación haya intereses privados, serán estos los que definan qué se produce, cuánto, en dónde, la presencia de gobiernos o empresas estatales podrá ser decorativa. Los intereses de las empresas privadas, nacionales o extranjeras, son antagónicos a las necesidades del desarrollo industrial del país.

Se debe garantizar el abastecimiento local del mineral para la producción de baterías para cuando se produzcan vehículos eléctricos. Hasta tanto ocurra no puede salir un gramo de litio. Será el Estado nacional el que tendrá a cargo las obras de infraestructura -eléctricas, ferroviarias, viales, logísticas- indispensables.

Y-Tec está avanzando con la puesta en marcha de una planta que se dedicará a la producción de baterías, la primera en Latinoamérica, en una alianza estratégica con la Universidad Nacional de la Plata, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Conicet.

YPF está en condiciones de producir uno de los materiales necesarios para la elaboración de baterías, el grafito sintético, a partir del coque de petróleo. La industria química nacional también puede dar un salto de calidad importante para generar otro de los componentes de las celdas de baterías. También existen capacidades industriales para ensamblar esos y otros materiales en plantas desarrolladas por los sectores alimenticio y farmacéutico. En el siguiente paso, el ensamble de las celdas en un pack de baterías, es fundamental el aporte de la industria electrónica, así como la ingeniería en sistemas para la creación de software que permita un uso eficiente de la energía almacenada en las baterías y su recarga. El objetivo es crear gigafactorías que abastezcan de baterías a los autos eléctricos y otras opciones de electromovilidad. (Datos tomados del informe de David Cufré publicado en Página12).

Recordamos que YPF no es una empresa estatal, es una empresa en la que el Estado compró el 51% de las acciones y entre cuyos socios privados se encuentran fondos buitre. Que YPF e Y-Tec tengan que importar litio desde Chile para sus proyectos muestra la absoluta incompatibilidad entre el desarrollo industrial en el país y la explotación que hacen las transnacionales.

 

(nota de MASAS nº430)

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